y un poco más…

Soy Marisa Martín del Burgo, diplomada en Fisioterapia y licenciada en Economía por la Universidad Complutense de Madrid. Trabajo en sanidad desde 1993, año en el que comencé a ejercer como profesional sanitario en atención primaria de la Comunidad de Madrid, para ocupar mi plaza definitiva en el centro de salud Ángela Uriarte en 1998.  

En la última fase de mi formación de grado como economista comencé a interesarme por las economías africanas, etapa en la que conocí a compañeros de Médicos del Mundo. 

Tras finalizar mis estudios de Economía, cursé el Máster en Economía de la salud y diseño de políticas sanitarias impartido por la Barcelona Graduate School of Economics-Pompeu Fabra, en Barcelona. Es en esta etapa en la que establezco una relación de colaboración con Médicos del Mundo enfocada según mi perfil de economista de la salud. 

Desde mi regreso a Madrid tras obtener la titulación de mis estudios de máster en 2012, comencé a desempeñar puestos relacionados con la gestión económica en la administración pública -concretamente, en el Servicio Madrileño de Salud (SERMAS)-, compaginando esta actividad con la elaboración de mi tesis doctoral, defendida en 2017, y cuyo título es: “Diseño de Políticas Sanitarias para la reducción de la mortalidad infantil en países en desarrollo: el caso de Angola”. 

En 2019 acepté participar en la elaboración del estudio de costes del Programa de atención a víctimas de violencia de género en Mauritania, actualmente en vías de edición y maquetación, y que ha sido una experiencia de motivación definitiva. Además, desde octubre de ese mismo año, formo parte del grupo de trabajo estatal sobre África. 

Durante 2020, como trabajadora del SERMAS, he conocido de primera mano la labor de formación, guía y apoyo que Médicos del Mundo ha dedicado a los centros sanitarios y residencias de la Comunidad de Madrid durante el periodo de sufrimiento colectivo sin precedentes que la pandemia ha ocasionado en todo el mundo. 

Las enseñanzas técnicas y vitales de los compañeros de Médicos del Mundo me han llevado a desear avanzar desde experiencias puntuales de colaboración hacia un compromiso más estable, con más aportaciones y mayor proximidad a quienes tan generosamente me han recibido siempre que me he aproximado a ellos.  

Respecto a mi aportación en la organización: 

Considero que mi perfil de experta en análisis cuantitativo, mis conocimientos de contabilidad pública y mi formación complementaria como economista de la salud pueden aportar argumentos de peso en la incidencia política de las misiones para la implantación de proyectos  nacionales e internacionales, desde el momento en que la financiación de las políticas de mejora y/o acceso universal a la salud es uno de los ejes sobre los que se fundamentará la decisión final de la puesta en marcha de las mismas. 

Sin abandonar jamás la visión de la salud como un derecho, contemplo la economía de la salud como una herramienta más de acceso a ese derecho, desde el momento que facilita las elecciones más adecuadas en las situaciones de escasez de recursos a las que nos enfrentamos cada día. 

La introducción y sistematización de evaluaciones de costes en los programas de Médicos del Mundo fortalecerían sin duda la eficiencia de los mismos y los argumentos sobre su conveniencia y su sostenibilidad; argumentos dirigidos tanto a financiadores externos como a instituciones concretas del país receptor del proyecto o misión. 

En cuanto a mi visión global sobre el papel de Médicos del Mundo en el contexto actual, fuertemente condicionado por la pandemia de la Covid-19:  

Creo que tenemos una oportunidad de máxima relevancia para participar en la superación de las políticas económicas, sanitarias y sociales instauradas durante las últimas décadas. Políticas cuyos efectos destructivos se han puesto en evidencia de forma clara al acentuarse sus principales debilidades en este nuevo escenario.   

El riesgo de la desaparición definitiva de la cohesión social ante la grave crisis económica, el debilitamiento de los sistemas de protección social, y la desintegración de los sistemas nacionales de salud son inherentes a la pérdida de la calidad institucional básica para un desarrollo digno y armónico de la ciudadanía.  

Los integrantes de las organizaciones como Médicos del Mundo tenemos la responsabilidad de actuar en todas aquellas oportunidades que se generen para rescatar y reconstruir los pilares del desarrollo humano y la convivencia universal.  

Los recursos y las diferentes fórmulas para conseguirlo dependerán de lo preparados que estemos, de lo creativos y flexibles que estemos dispuestos a ser, y, sobre todo, de nuestro convencimiento e ilusión por contribuir a tales fines.