José Miguel Rodríguez Ferrer

Empecé en Médicos del Mundo por el año 2018 como voluntario en la representación de Almería. Tuve un comienzo bastante intenso, realizaba salidas a diario tanto en prostitución como en asentamientos. Más tarde comencé a realizar talleres de sensibilización sobre distintas temáticas y talleres con distintos objetivos algunos muy próximos al campo de la Psicología y otros más sanitarios (educación emocional, gestión del conflicto, educación sexual, ITS…). Al tiempo se me ofreció la oportunidad de asociarme a la organización. Al poco hubo elecciones y decidí apuntarme para formar parte de la Junta Directiva de Andalucía. Desde ese momento aparte de seguir mi labor como voluntario en la sede y en la representación de Almería lo compaginé con la actividad política dentro de la organización. Durante un tiempo formé parte del Comité de Desarrollo de la Asociación (CODA), y más tarde del Comité de Programas Estatales y Autonómicos, finalmente. Para las últimas elecciones a la Comisión Permanente también presenté candidatura, pero no obtuve el suficiente número de votos.

Definir por qué quiero formar parte de la Comisión Permanente es una tarea difícil, para mí consiste en comunicar de mis entrañas a tus entrañas lo que yo siento de forma que tú puedas sentir cómo yo siento Médicos del Mundo y qué me gustaría para esta organización.

Primero los antecedentes que son un pilar fundamental y que supone una función clave con respecto a mi motivación.

Creo que en ciertos puestos de gestión de la organización se ha perdido el contacto con las necesidades de las bases, yo mismo soy consciente de que cuanto más tiempo dedicas a temas políticos y de gestión dentro de la organización menor es el tiempo que dedicas a estar en contacto con las personas titulares de derechos, el voluntariado y el equipo técnico. Eso creo que ha afectado al buen funcionamiento y gestión de la organización, se ha perdido el sentido y se dedica el tiempo y las fuerzas en luchas internas, que lejos de resolver problemas entorpecen y ralentizan los procesos de forma innecesaria. Estos procesos viciados también provocan desánimo y cansancio entre quienes conforman esta organización. Creo que todas las personas que componemos Médicos del Mundo tenemos más cosas en común que diferencias que nos puedan separar. Desde que entré en la organización siempre se ha venido hablando de consensos y creo que no hay mayor consenso que reconocerse mutuamente como miembros de una asociación que lucha por los derechos de las personas.

Ha habido momentos y formas difíciles, creo que es la ocasión de permitir a personas que hemos estados ajenos a los conflictos que se han dado en la organización (en algunos órganos) entrar y aportar distintos puntos de vista que puedan dar soluciones, eficaces y sin personalismos. Evitando enfrentamientos innecesarios.

El último punto y que considero importante es la visión que puedo aportar sobre la salud de las personas desde la Psicología. La salud mental es “el garbanzo negro” en el sistema público de salud y lo es también en Médicos del Mundo. A pesar de destacar la gran importancia y la necesidad que hay de atender a la salud mental, considero que hay una perspectiva limitada sobre la Psicología social, la Psicología clínica y la Psicología de la salud y que todo se cubre con un manto de psicosocial. ¿Qué significa psicosocial y como se plasma en actuaciones? Que una persona pueda hablar sobre un problema ayuda a su estado de salud es innegable, ¿pero cuánto podrá mantenerse esta mejora sin un sistema de salud de calidad y sostenible? ¿Se puede decir que eso es una intervención psicológica? Es necesario establecer mejores planes y metas para que la salud mental de nuestras personas titulares de derechos realmente sea cubierta y sobre todo es necesario una mayor incidencia política en este sentido.